2. Leche de hetero


Pablo no tardó en contestar. Me dijo que estaba ya en pijama cenando en casa con sus padres, le dije de vernos para hacer un cigarro, que quería hablar...
Él me entendió perfectamente y en cinco minutos le estaba recogiendo en la puerta de su casa. Fuimos a una zona deshabitada cerca de allí y mientras nos fumábamos un piti le expliqué lo que había pasado con Sara.
- ¿Y me has dicho de quedar para hablar, o...?-me preguntó Pablo mirándome el paquete
- Bueno, tengo un dolor de huevos descomunal y he pensado que tú...-
- ¿Que yo qué?- me preguntó él impaciente
- Que igual podrías usar esos labios de chupa pollas que tienes para ayudar a tu amigo.- le dije yo guiñándole un ojo.
Se me quedó mirando fijamente a los ojos durante un par de segundos que se me hicieron eternos.
- Vamos a la parte de atrás.- dijo escuétamente el antes de salir del coche.
Me senté bien cómodo en los asientos de atrás de mi coche y me bajé los pantalones. Me dolía el abdómen debido a no haberme corrido con Sara y mi polla, que permanecía dormida, aún olía a su coño.
- Ni una ducha te has dado después de follártela, no?- me preguntó Pablo
- No me ha dado tiempo. - me excusé yo- Si te da asco lo dejamos para otro día.
Iba de farol, podía ver en sus ojos que en ese momento nada le separaría de mi polla.
- No me molesta,- me dijo oliéndomela de abajo a arriba- me recuerda que ella no es capaz de satisfacer esta polla como yo lo hago.
Dicho eso empezó a besar y acariciármela suavemente con sus labios por lo que yo no contesté y me limité a disfrutar del momento. Repetí la fórmula de imaginar que era Sara quien me estaba haciendo todo aquello.
Pablo consiguió ponérmela bien dura rápidamente por lo que en seguida ya había empezado su baile boca/mano, se le notaba concentrado como si tuviera algo que demostrar. Algunas veces su ímpetu le llevaba a atragantarse ocasionalmente, mientras yo seguía imaginando a Sara tratando de meterse toda mi polla en la boca y eso me trajo una ola de sensaciones erótico/agresivas. Mi mano fue directa a su cabeza haciendo fuerza hacia abajo pero él se resistía, le daba miedo atragantarse o eso es lo que me dijo.

Yo le convencí para que lo intentara y poco a poco, centímetro a centímetro desvirgué la garganta de mi mejor amigo en el asiento trasero de mi coche. Aún podía oler el aroma de Sara en el habitáculo.

Yo le iba animando de manera condescendiente mientras veía una sumisión en los ojos de Pablo que jamás había visto. Era evidente que no le gustaba tener mi polla tan adentro de su garganta que le impedía respirar y le provocaba arcadas pero le compensaba saber que me estaba complaciendo, que iba a llegar allí donde Sara no había llegado.
Y todo esto lo sé porque él mismo me lo dijo más adelante.

Allí estaba, utilizando la cabeza de mi amigo para satisfacer mis frustaciones sexuales, llevándola de arriba a abajo alrededor de mi polla mientras Pablo se atragantaba una y otra vez con sus manos apoyadas en mis muslos.

- Buena chica. - decía yo casi en trance

Abrí mis ojos al notar que el disparo era inminente y jugoso, en lo primero que me fijé fue en sus gordos labios y allí iba a soltar mi carga. Con mi mano iquierda le agarré del pelo mientras con la derecha me pajeaba, mi capullo se rozaba constantemente con los labios de mi amigo. Él los mantenía haciendo morritos y eso junto con todas sus babas hizo una combinación irresisitible para mi.
Apretando su pelo más fuerte le solté lefazo tras lefazo en los labios inundándole la nariz y las mejillas de mi espesa leche, él se limitaba a intentar conseguir la máxima cantidad posible con su lengua. Cuando me quedé vacio me desplomé en el asiento del coche mientras dejaba que Pablo me limpiara mi menguante polla con la lengua, no dejaba de besarla y acariciarla.
A la que ambos estuvimos limpios nos fumamos un piti mientras Pablo me contaba sus experiéncias sexuales, me explicó que era pasivo y que gracias a mi había descubierto que también le gustaba la sumisión. Le felicité por sus skills a la hora de hacer mamadas y estuvimos hablando durante horas sobre temas sexuales. Le expliqué que me ponía muy cachondo saber que tenía su boca disponible para vaciar mis huevos cuando quisiera a lo que él me dijo que estaría encantado de hacerlo cuando lo necesitara. De hecho me animó a hacerlo cuánto antes.

Durante unos días todas mis preocupaciones se fueron, tenía a Sara para satisfacer mis necesidades afectivas y vaginales y tenía a Pablo para utilizar su garganta a mi antojo. Todo iba a ir de puta madre.

A los días Sara me canceló una cita y yo andaba más caliente que la moto de un hippie por lo que no dudé en recurrir a mi chupa pollas personal, lo llamé y le dije de hacer algo.

- Sara te ha dejado plantado, ¿no?
- Ahá, hoy mi polla es toda tuya para que te des un atracón.
- Acepto con una condición- me dijo enigmático
- Dime.
- Quedaré contigo si además de follarme la boca también me follas el culo.