4. Leche de hetero

Después de follarme el culo de Pablo imaginando que era el de su madre me dió un bajón que me duró días. Por primera vez sentía que estaba engañando a Sara y me sentía muy culpable cada vez que se me endurecía la polla al recordarlo, eso me llevó a cortar todo contacto con él.


Dejé de contestar sus mensajes sin darle ninguna explicación e intenté hacer como su nada hubiera pasado y funcionó... al menos durante un tiempo.


Mis problemas con el egoísmo sexual de mi novia seguían igual y ahora ya no tenía la boca de Pablo para satisfacer mis carencias así que me descargué una app de contactos gays y me hice un perfil que tuvo mucho éxito. 


"Chico hetero busca mamón sumiso para vaciar los huevos de vez en cuando."


Eso era la única info de mi perfil pero enseguida tenía numerosas solicitudes de chat. Al principio solo tenía conversaciones con mis aspirantes a chupapollas pero ninguno me llamaba suficientemente la atención por lo que dejé de utilizar la app durante un tiempo, hasta que una noche la volví a abrir.


Estaba en mi coche aparcado cerca de casa de mi novia, habíamos estado follando pero yo no había podido correrme. Tenía un dolor de huevos importante y echaba de menos la boca de Pablo así que no dudé en buscar un sustituto puntual.


Al abrir la app vi decenas de nuevas solicitudes pero una en concreto llamó mi atención. Su foto de perfil eran un dibujo con dos hombres palo, uno arrodillado con un "YO" escrito encima el otro de pie con una corona y con el texto "TÚ" encima. Abrí el chat instintivamente y vi que se ofrecía a ser mi esclavo y a servirme cómo y cuándo necesitara, me decís que estaba deseando "conectar" su boca a mi polla para chuparla durante horas y tragar todos los fluidos que salieran de ella en ese tiempo que quería ser mi wc portátil.


El mensaje era de hacía unos días pero cuando le hablé se concectó rápidamente, tras una breve charla en la que se presentó como Mario y me suplicó poder ser mi chupapollas le dije que le daría una oportunidad aquella misma noche.


Mario vivía en el barrio costero de mi ciudad por lo que quedamos en la playa para aprovechar la intimidad de la oscuridad de la noche, él tendría unos 20 años pero estaba bastante calvo y pide ver que se había afeitado tal y como le exigí que hiciera.


Era un chico muy introvertido pero agradable al trato, tampoco es que habláramos mucho puesto que en seguida ya estaba saboreando en su boca el sabor del coño de Sara. Debo decir que la boca de Mario era infinita, se tragaba mi pollón sin hacer aspavientos demostrándome que era todo un experto. Recuerdo que aquella noche en la playa me follé su cabeza sin compasión y sin ninguna resistencia por su parte hasta que le inyecté todo mi excedente de lefa que cargaba en mis huevos.


Mario me miraba semi asfixiado, rojo y con los ojos sumisos haciendo una entrevista perfecta para el puesto al que estaba aplicando.


- Vete, ya te avisaré cuando te necesite. 


Le dije después de alimentarle a lo que él obedeció sin rechistar. Un par de días después estaba en casa solo y aburrido, Sara había salido con sus amigas y no tenía plan hasta el día siguiente. Me hice un par de porros y ordené a Mario que viniera a mi casa.


Llegó jodidamente rápido, tan obediente y sumiso como la vez anterior. Me tumbé en el sofá y le indiqué que me chupara los pies mientras me encendía el canuto. Recuerdo estar viendo Modern Family riendome como un bobo por la marihuana mientras notaba la lengua de Mario hurgar entre los dedos de mis pies. 


Además de reirme con la serie también me ponía cachondo con algunas de las personajes de la serie, eso y los cuidados de Mario en mis pies activaron poco a poco a la bestia por lo que empecé a pajearme. Veía a Mario con dos dedos de mi pie izquierdo en la boca mirar como me masturbaba por lo que chasqueé los dedos y señalé mi polla.


Él se abalanzó hacia ella metiéndosela en la boca, le abofeté la cara porque no era eso lo que yo quería.


- Cómeme los huevos.- gruñí

- Sí amo.- contestó él suavemente antes de obedecer.

Así estuvimos media hora, él cuidando meticulosamente de cada recoveco de mi escroto y yo pajeándome lentamente mientras veía a Sofía Vergara y Sarah Hyland y me cruspía un porro tán grande como un bolígrafo.

- Ya te puedes conectar.- le dije yo completamente colocado

Él se puso cómodo entre mis piernas y le dió la bienvenida a mi dura y expeditiva polla en su boca, realmente tenía la capacidad de hacerme sentir que no tenía el pollón que creía que tenía porque lo hacía desaparecer dentro de su cabeza con una facilidad pasmosa.

Estuvo una hora de reloj tragando y escupiendo mi polla en toda su longitud, sin prisa pero sin pausa. La banda sonora eran las voces de la TV, mis caladas profundas y el ruido de su garganta abrazando y acomodando mi mástil en lo más profundo de su ser.

Me estaba pajeando literalmente con su garganta dándome una de las mejores mamadas que recuerdo, yo estaba absolutamente relajado pese a que Mario era apenas un desconocido su energía sumisa y sus habilidades junto con la hierba que había fumado me hacían flotar en mi sofá. No había ninguna prisa lo único que importaba era mi placer.

Imaginando que era Haley Dunphy la que me la estaba comiendo llegué al clímax alimentando a Mario quien se dió un festín con mi nutritiva leche.

No se la sacó de la boca hasta dejármela bien limpia y solo lo hizo para volver a chuparme los huevos bajo mi orden.

Me gustaba notar mi polla volver a su estado natural apoyada en su frente mientras él estaba ahí abajo. Al cabo de un rato le indiqué que volviera a conectarse, yo la tenía morcillona pero estaba mejor dentro de su boca. Estaba tan relajado que me dormí.

Desperté al cabo de un rato y Mario seguía en la misma posición que antes, se había estafo alimentando de mis fluidos post-corrida y notaba como saboreaba mi glande dentro de su sumisa boca.

Tuvo la habilidad suficiente para ponérmela bien dura de nuevo por lo que le premié con una brutal follada de boca como jamas antes me había follado nada. Su cabeza parecía poder tragarse todo lo que le metieras por muy fuerte que embistieras. 

Pensé en que Pablo tenía mucho que aprender de Mario y que me encantaría tenerlos a los dos pendientes de cuidar de mi polla hetero. Aquel pensamiento, el tener dos chupapollas dispuestos a satisfacerme encendió el fuego definitivo en mi barriga el cual pagué con la boca de Mario.

 Agarrándole bien fuerte la nuca le mantuve la boca conectada mientras me ponía de pie y acababa de embestir como un toro su calva cabeza. Los ojos de Mario transmitían tanto placer por la sumisión y por la necesidad de complacerme que me llevaron a correrme chorro tras chorro en su cara de putita mamona mientras el jadeaba sediento de más leche.

Cuando dejé de salpicar se la puse en la boca para que aspirirara cualquier resto de mi tesoro con el resto chorreando por su cara.

Noté que mi polla morcillona tenía ganas de mear por lo que me sentí libre de hacerlo allí dentro. Fue una sensación muy extraña, como cuando estás durmiendo y sueñas que estás meando, pero una vez más Mario supo como hacerme sentir lo suficientemente cómodo para mearme dentro de su boca.

Él lo aceptó encantado bebiendo todo lo que mi polla, en su magnificencia, se dignaba a regalarle.

Cuando estuve exhausto y satisfecho lo despaché con un.

-Ya te puedes ir.

Él se quedó algo triste pero obedeció al instante, se limpió la cara antes de iniciar su marcha.
-Estáte atento al móvil por si te vuelvo a necesitar.- le ordené desde el salón
- Sí amo.- escuché que dijo al final del pasillo con una voz alegre

Cuando se fue volví a caer dormido y tuve uno de los sueños más placenteros de mi vida. Al despertar vi que me había llegado un mensaje, lo abrí creyendo que sería de Sara o de Mario pero oara mi sorpresa era Pablo. Hacía mucho tiempo que no me decía nada principalmente porque no le contestaba.

"Te echo de menos, a tí y a tu polla"